miércoles, 21 de diciembre de 2011

Desayuno

- ¿Recuerdas nuestra última conversación?
- Sí, sobre fantasmas y esas cosas, decías que tú no creías en eso.
- Quizás haya cambiado de parecer.
- ¿Y eso por qué?
- Este fin de semana, mi padre y yo fuimos a nuestra casa de campo, mi hermano estaba enfermo así que mi madre y él se quedaron en casa. Al ser sólo dos para limpiar la casa y hacer las demás tareas, no tardamos mucho en irnos a la cama.
- Como los niños pequeños.
- Cállate y escúchame.
- Vale, vale.
- Bien, pues eran sobre las 3 de la mañana, y me desvelé, comencé a escuchar ruidos en la cocina, mi padre estaba también despierto, preparándose algo de comer o algo, pensé. Por lo que me levanté e iba a ir a la cocina a ver si me preparaba algo a mi también. Pero fui a salir de mi habitación y... ¿Sabes dónde está la habitación de mis padres en el campo?
- Sí, al lado de la tuya.
- Sí, pues salí y vi que la puerta de la habitación de mis padres estaba entornada, y ya sabes, la costumbre, miré de reojo, y mi padre estaba ahí, dormido.
- Entonces... ¿qué había en la cocina?

martes, 13 de diciembre de 2011

Confusiones. Parte 1

- ¿Qué tal te va con él?
- ¡Muy mal! Es tu mejor amigo, ¿no podrías hacer algo para que nuestra relación avanzase algo?
- ¿Qué? No sé... No creo que sea una buena idea, además, no sé qué podría hacer yo.
- ¡Oh, venga! Mira, si me ayudas con él, yo te ayudaré con ella.
- ¿En serio? Mmmm... Vale, está bien, haré lo que sea para que te conviertas en su novia.
- Pues yo te convertiré en el mejor caballero del mundo para que la puedas conquistar.
- Es un trato.

Se estrecharon la mano con una sonrisa de satisfacción en sus labios. Era el comienzo de una amistad. y dos relaciones amorosas si todo salía bien. Pasaron mucho tiempo juntos: planeando cada detalle a la perfección, calculando en qué lugar exacto se encontrarían con sus respectivos, qué les dirían....
Y seguía pasando el tiempo, acabaron siendo muy buenos amigos, con una confianza entre ellos digna de admiración, siempre estaban sentados el uno al lado del otro, reían juntos, se cuidaban...

Sin duda, era una gran amistad.

martes, 22 de noviembre de 2011

Armario

- Nadie me creyó.
- Lo sé, cielo.
- Pero es verdad. A todas horas se oían esos infernales ruidos que no me dejaban dormir, se escuchaban como si estuvieran al lado, ¿cómo es que nadie más los escuchaba? ¡Es imposible! ¡Se hacen los locos! No quieren reconocer la verdad, pero yo sí la sé, y no estoy loca, sé lo que me digo. Ellos tenían tanto miedo como yo de esos ruidos, pero no querían saber que eran.
- Cobardes.
- ¿Verdad que sí? Pero yo no, yo averigüé qué eran: fantasmas.
- No me lo puedo creer. ¿Cómo lo averiguaste?
- Me lo dijeron en mis pesadillas, me dijeron que había pasado algo en mi habitación, en el armario. Que alguien había... muerto ahí.
- Me alegra que descubrieses la verdad, ¿estás más tranquila ahora?
- No... realmente no... Aún me cuesta dormir por las noches. Cuando estoy en mi cama por la noche, no puedo evitar mirar hacia ese enorme armario y pensar en la horrible muerte de ese pobre muchacho.
- Mmmmm... Es curioso.
- ¿El qué?
- Yo también pensé eso cuando me ahorqué ahí dentro, ¿crees que significará algo?



jueves, 10 de noviembre de 2011

Contracorriente

-¿Repollos?
-¡Sí! Montones de repollos, ¿no es tan raro, no?
-Honestamente, sí, la mayoría de la gente suele encargar rosas.
-¿De verdad? Eso sí que es extraño, los repollos son mucho más bonitos y grandes, discúlpeme pero no le encuentro ninguna lógica a eso de comprar rosas, pudiera llegar a comprenderlo si fueran ancas de rana o aceitunas, pero en ningún caso rosas.
-Pero señorita...
-¡De ninguna manera! No permitiré que me engañe con esas ridículas afirmaciones suyas. Deme mi ramo de repollos, por favor.
-Bueno, si insiste....
-Gracias.
-Pero tenemos una magnífica oferta de ramos de rosas por ser San Valentín...
-Ya le he dicho que no me interesan esas tontas rosas, y si es usted tan amable, deme el ramo de repollos, que he de escribir un tarjeta en la que pongo "te quiero".


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cobardía

Quiero decirle todo lo que siento, quiero que no me duela pensar en él, quiero que me abrace, quiero sentirme segura entre sus brazos, quiero despertarme y verle a mi lado, quiero que siempre esté conmigo.
No quiero que se vaya, no quiero aguantar callada ver cómo se olvida de mi, no quiero no significar nada para él, no quiero estar triste, no quiero que me diga adiós.
Y sin embargo, ¿por qué aún no le he dicho nada? ¿Por qué a pesar de que mis piernas tiemblen cuando hablo con él no soy capaz de abrazarle? ¿Por qué aunque mi corazón se pare cada vez que lo veo, no he tenido el valor de decirle un simple me gustas?
¿Y qué si soy cobarde?


lunes, 24 de octubre de 2011

Expresiones

A ver... Belleza, sueño...
¿Qué más había?
Corazón, estrellas,crepúsculo, amanecer, océano, libélula, amor, alma, libertad, promesa...
Tenía una lista de sus palabras favoritas, lo encontraba encantador...
¡Oh! Encanto, también.
A mi también me parecía algo adorable, me resultaba fascinante como unas simples palabras conseguían hacerle sonreír, era tan... sencillo, y yo, cada vez que veía esa sonrisa...
¡Es verdad! Sonrisa también estaba.
Estaba totalmente enamorado de ella, era tan natural y sencilla, siempre que la veía me entrabas unas ganas enormes de abrazarla y las piernas me temblaban sin que pudiera controlarlas. Me encanta esa sensación, ese momento en el que sientes...
¡Mariposas!
¿Cómo se me ha podido olvidar esa? ¿Dónde tendré la cabeza?
¡Sueño! ¡Y tiempo! Cielo, lluvia...
Lágrimas, melancolía, dolor...
¿Pero seré idiota? Éstas palabras no eran suyas....

domingo, 23 de octubre de 2011

Arte

"El arte es  algo efímero"
No dejaba de repetir esas palabras, y la verdad, yo no entendía por qué, él no era un artista, era un simple fracasado al que le sobraba tiempo, nunca hizo nada que de verdad se pudiera considerar arte.
Pero él tenía una visión diferente del mundo, él veía en todo esa estética que sobrecoge corazones, y la intentaba plasmar, mas nunca tuvo éxito, aunque él creyera lo contrario.
Creaba lo que él llamaba "obras de arte", ya fueran pinturas o esculturas, sin embargo, nada más terminarlas, las destrozaba, jamás dejó una intacta, ya no queda ninguna de sus creaciones...


Efímero

"No tiene ningún sentido dejar esto ahí, el arte es algo efímero, aunque lo expusieran en el mejor museo del mundo, nadie recordaría mi nombre, esto no saldría en los libros de historia, y apuesto mi cincel a que esta obra no será aceptada por todos, siempre habrá alguien a quien no le guste mi arte, y no me importa, porque esto no lo hago para que el mundo opine sobre él, ni siquiera para que sea visto, lo hago por mí, porque esto es mi arte, y es lo que me hace feliz."


Yo no comprendía esas palabras, no sabía lo que realmente significaba ese mundo para él.
¿Qué quería decir "efímero"?
Frugalidad, brevedad, perecedero...
Mas comprendí esto demasiado tarde, cuando él se hizo tan efímero como su arte.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Diablo

Se despertó en mitad del bosque.
Estaba solo, incluso el Sol le había abandonado.
Allí en El Bosque jamás había nadie, o eso era lo que parecía a simple vista.
Leyendas horribles había sobre ese lugar: miles de personas habían perecido entre aquellos árboles, las hojas habían sido testigo de masacres inhumanas, aquel césped había sido manchado de sangre innumerables veces.
Y en todas salía el mismo personaje.
En cuestión de segundos se levantó, y echó a correr sin ningún rumbo. Le recorrían la espalda gotas de sudor frío, fruto del pánico. Se tropezaba con sus propios pies.
Tenía miedo, no se atrevía a mirar atrás. Pero todos sabemos que la curiosidad mató al gato.
Miró por encima de su hombro, sin dejar de correr.
Y lo vió. Allí estaba.
Aquella sombra mirándole desde la distancia.
Siguió corriendo, pero le fallaron las piernas, tropezó y cayó de bruces al suelo.
Cuando se dio la vuelta, vio que aquella sombra estaba a sus pies. Mirándole, con unos ojos azules muy abiertos, casi desorbitados, le dijo:
"Perdiste"
Intentó gritar, pero no salía voz de se garganta.
La sombra sonrió ante esto, y dio un paso hacia él, lo justo para que la luz iluminara su rostro.
Palideció, no sentía las piernas, su corazón se paró, la cabeza le palpitaba y dejó de respirar...
Lo encontraron en las escaleras de la ermita del pueblo vecino, empapado en sangre y susurrando:
"Mis ojos, eran mis ojos"

viernes, 2 de septiembre de 2011

Nostalgia

Miraba las nubes.

-¿En qué piensas?
-En peces, ¿y tú?
-En ventiladores.
-¿En ventiladores? ¿Por qué?
-Me estaba acordando de aquella noche en tu casa, aquel verano, jugando tiramos un ventilador y lo rompimos, sonaba como una hormigonera escacharrada, y recuerdo que tu padre se enfadó mucho, pero fue muy emocionante entonces. Cuando lo recuerdo, aún me río. ¿Tú por qué piensas en peces ahora?

Estaba sentada a su lado.

-¿Te acuerdas cuando íbamos juntas a la playa?
-¿Cómo olvidarlo, si tardabas cuarto de hora para entrar al agua y 2 segundos para salirte corriendo porque el agua estaba fría?
-Una vez, empezaste a gritar y a saltar sin motivo alguno mientras estábamos en el mar, todo el mundo nos miraba y reía, incluso a mí me pareció tan absurdo que me empecé a reir sin saber qué pasaba, y entonces echaste a correr hacia mi, tenías tal cara de pánico que  me asustaste y eché a correr yo también sin saber por qué, salí del agua, tropecé y me caí en la arena, y conseguiste llegar hasta donde yo estaba...

-¡¿¡¿¡¿Qué pasa?!?!?!
-¡¡Un pez!! ¡¡Ha pasado a mi lado y me ha rozado el tobillo!!

-¡Incluso se te saltaron las lágrimas del susto! Cada vez que me acuerdo de aquella cara de niña pequeña, no puedo evitar reirme.

Sonreían.

-Lástima que el tiempo nos haya distanciado.
-Sí...
-¿Y sabes lo peor de esto?
-Que nunca podremos estar tan unidas como entonces.
-No.. Que nunca podré encontrar a nadie como tú otra vez en mi vida.

Apoyó la cabeza en su hombro.

-Ya te echo de menos.






sábado, 27 de agosto de 2011

Encuentro triste

Tres años después, y aún no lo había olvidado.
Nunca pasó nada.
Y nunca iba a pasar. Entonces...
¿Por qué le dolía el pecho? ¿Por qué seguía hablándole con esa ternura?
¿Por qué esos ojos cristalinos? ¿Por qué esa sonrisa?

-¡Hola! ¿Qué tal? ¡Cuantísimo tiempo!
Y una sonrisa se dibujo en su cara al verle.
-¡Hola!

Y hablaron hasta que las campanadas del reloj avisaron de que ya se acercaba el momento de la despedida.

-Me alegra mucho haberte vuelto a ver, y más hoy.
-A mi también, ¿y qué significa eso último?
-¡Ah! ¿No te lo he dicho? Mañana me voy -dijo sonriente.
-¿Te vas? ¿A dónde? -mientras intentaba disimular el temblor de su voz.
-Muy lejos de aquí, es un lugar muy apartado, pero estoy feliz. Al fin y al cabo, es lo que siempre quise. Y seguro que podré volver cuando quiera.
-¡Eso está bien! Es muy difícil conseguir algo así, me alegra que hayas podido cumplir tu sueño.
-Gracias. ¡Y hasta siempre! ¡Nos volveremos a ver muy pronto! -se despidió mientras caminaba calle arriba.

Pero mintió.
No lo volvió a ver.
Y aún así, seguía sonriendo cuando pensaba en aquella persona tan especial.

viernes, 3 de junio de 2011

Balsa salvavidas

-¡No puedo seguir así!
-Recapacita. Esto no es tan malo.
-¡Míranos! Rodeados de esta constante ola de horror, de incertidumbre...
-Exageras, mujer.
-¡No! ¡No exagero! Yo no puedo soportarlo más: me iré de aquí.
Ella corrió a la orilla, dejando en el camino todo aquello que no necesitaba, todo lo que le molestaba.
Soltó las amarras de aquella pequeña balsa, se metió y comenzó a remar.
Y no miró atrás.
Y dejó tras de sí todo lo que odiaba, todo lo que le hacia daño...incluido él.
Y no se arrepintió.

viernes, 27 de mayo de 2011

Piano

-Tocas muy bien.
-Gracias.
-¿Tocarías algo para mi?
-¿Qué quieres?
-Quisiera algo realmente bueno, que tenga una buena melodía, que entre en estado de éxtasis cuando lo escuche. Quiero una canción realmente buena.
-¿Qué tipo de música te gusta?
-La buena música, por supuesto.
Ella no dejaba de tocar su hermoso piano, no apartaba sus ojos azules de las teclas de marfil, pero sí que hizo una mueca de desprecio con sus labios rojos a la última afirmación de él.
Ella sabía exactamente qué clase de canción le estaba pidiendo.
Él desconocia la buena música.
A él le gustaba esa horrible música que se había puesto de moda.
Era relamente una atrocidad contra la verdadera música.
Lo que él y el resto llamaban "música", ella lo llamaba "excusa para cosas indecentes".
-Y bueno, ¿no vas a tocar nada para mí? ¿Algo bueno de verdad?
Realmente desagradable.
Ella le miró de reojo, respiró hondo y comenzó a tocar la nueva melodía.
Aunque, quizás, ella pensó que un requiem hubiera ido mejor con la expresión de él.

jueves, 26 de mayo de 2011

Al revés

-¡Mira lo que he hecho!
-¿Qué se supone que son?
Dijo él mirando aquellos extravagantes artículos encima de la mesa con una mueca extraña en sus labios.
-¡Son zapatos!
-¿De verdad?
-¡Claro! ¿Qué podían ser si no?
-Disculpa que te lo diga, pero eso no parecen un par d zapatos, son estrambóticos, feos y dudo que puedan pisar el suelo de manera decente.
-¡De eso precisamente va!
-¿Qué?
-No son para caminar por el suelo-dijo ella mientras se cambiaba sus zapatitos rojos por los que habia encima de la mesa. Son para caminar por el techo.
-No lo dices en serio...
-Tú sólo mírame.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Baile

-¿Puedo haceros una pregunta, señorita?

-Por supuesto.

-¿Qué es para vos el amor?

-¿El amor? Pues...¿sabéis esa sensación que encoje el estómago, esa que t provoca un mareo agradable, esa que te hace sentir como nunca, que te hace sonreir incluso en la más tormentosa noche? Creo que eso es el amor.

-Es un punto de vista interesante, sin duda. ¿Y pensáis que todo es felicidad en el amor?

-Claro que no, también existen las discusiones, pero eso es secundario, ¿no os resulta maravilloso el momento de la reconciliación? Un abrazo, un beso, amanecer juntos...

-Observándolo desde vuestra perspectiva todo parece mágico, señorita.

-¿Y no lo es? ¡Míradnos! ¡En este magnífico salón, rodeados de personas felices, expresando sus sentimientos, declarándose por medio de este maravilloso baile, sin tener necesidad de usar palabras! ¡Es sencillamente tan romántico! Debe ser una sensación increíble.

-Entonces...Señorita.. ¿me concederíais este baile?

Él hizo una reverencia tendiéndole la mano.

Su respiración se cortó.

Su corazón se paró.

 
Y su mano apretó con decisión la de él.


Él y ella caminaron juntos de la mano hasta la pista de baile, donde él la cogió por la cintura, ella apoyó su cabeza en su pecho y ambos se declararon amor eterno sin usar palabras.

Y bailaron, hasta que el "Te quiero" se reflejaba en cada paso.

Y bailaron, hasta que la luz del Sol iluminó sus rostro tímidamente.

Y bailaron, después de toda una noche de declaraciones no habladas.

Y bailaron.